A medida que la población mundial continúa gravitando hacia un mundo urbanizado, el valor del espacio abierto en las áreas metropolitanas continúa creciendo. Un catalizador importante para el desarrollo económico y un estímulo para dar vida a los vecindarios, los espacios verdes son la forma más preciada de infraestructura pública que sirven como salas de estar y centros de ocio al aire libre. Aunque la disponibilidad puede ser algo limitada, la investigación muestra cada vez más que la exposición a los parques y la naturaleza, incluso solo 15 minutos por día, aumenta la felicidad, aumenta la creatividad y mejora el bienestar general.

Intuitivamente, todos entendemos la multitud de ventajas sociales, ambientales y económicas de los espacios verdes en el ámbito público, pero dado que los parques a menudo se distribuyen de manera desigual en muchas ciudades, solo una población limitada se beneficiará de ellos. Los estudios sugieren que uno de cada tres estadounidenses (más de 100 millones de personas) no tiene un parque ubicado a menos de 10 minutos a pie de sus hogares y para los residentes en áreas de bajos ingresos, los números son aún mayores. Además de la falta de instalaciones disponibles, estas poblaciones también experimentan tasas más altas de obesidad y enfermedad en sus vecindarios. En contraste, el uso de los parques en vecindarios aumenta en un 400 por ciento cuando se encuentra dentro de una caminata aceptable de media milla.

Los funcionarios con visión de futuro están asignando fondos para mejoras de infraestructura, como aceras más amplias y carriles para bicicletas, junto con nuevos senderos para caminar y vías verdes para garantizar que las comunidades tengan mejores sistemas de parques y entornos al aire libre. Como arquitectos paisajistas, estamos enfocados en desarrollar alternativas creativas que estén basadas en la actividad y consideramos la accesibilidad, la comodidad y la seguridad dentro del entorno urbano. Las soluciones paisajísticas que abordan los usos de la tierra adyacentes y el diseño de calles cubiertas, jardines verticales, parques y paisajes arquitectónicamente integrados sirven como una extensión de la comunidad. Estos espacios cívicos se convierten en escenarios para actividades basadas en el lugar y contribuyen estéticamente a la salud general positiva y al bienestar de las comunidades.