Inspirados en motivos de la Escuela islámica de diseño de jardines y en símbolos mogoles, la planificación del sitio se basó en gran medida en la arquitectura tradicional y en materiales autóctonos como plantas de clima árido, arenisca nativa y palmeras de dátiles en hileras que permiten organizar los espacios y la circulación. Este estilo moro se reprodujo nuevamente en el diseño de piscinas y fuentes donde el agua proporciona un descanso visual y sonoro para aliviar el calor del sol.

Conscientes de que la propiedad unificada debía desarrollarse por etapas, EDSA captó la sinergia exótica entre los materiales, las formas, la flora y el color de las elaboradas mezquitas del Islam para crear una experiencia rica en la historia, el arte y la cultura regional.