Diseñada para reflejar la aglomeración y el carácter histórico de un desarrollo tradicional montenegrino en la ladera de una montaña, esta base militar reconfigurada brinda un marco similar a un parque, mientras que un campo de golf de 18 hoyos, un spa, un segundo pueblo portuario, un malecón junto al puerto, opciones de residencias, siete hoteles de lujo y centros comerciales, gastronómicos, de bienestar y médicos que funcionan todo el año completan las comodidades del lugar.

Las iniciativas de sustentabilidad se concentraron en conservar las cumbres existentes, proteger los restos arqueológicos, mantener la hidrología natural del lugar y usar materiales autóctonos. El enfoque integrado incorporó un lago para almacenar calor y guardar agua para riego, mientras que se redujo el uso de autos privados con un estacionamiento centralizado para visitantes y teleféricos. Los arrecifes artificiales y la construcción de una pasarela de madera de 5 kilómetros hicieron posible la protección del área marina y el mejoramiento del entorno oceánico.

EDSA estuvo a cargo de la planificación maestra y los servicios de diseño detallado.